Lady Gaga - Beautiful dirty rich

La estudiante de Arte ítalo-norteamericana Stefani Germanotta, salida de la Escuela Tisch de Artes de la Universidad de New York, abandonó sus estudios para perseguir el sueño de hacerse una carrera en la música pop. Logró pasar brevemente por Def Jam Records en el 2006, donde el productor Rob Fusari la bautizó con su nombre artístico (o alter ego para otros) en alusión a su parecido con el estilo de Freddie Mercury (y la canción Radio Ga-Ga). Después de ser descartada por la disquera y perderse en muchos sentidos por la escena de clubes neoyorquina, desarrolló el personaje que vendríamos a conocer el 2008 como Lady Gaga. En poco tiempo habría construido el colectivo multimedia conocido como Haus of Gaga y desarrollado una mezcla escénica que juntaba ingredientes setenteros como la filosofía de Andy Warhol, el estilo de Queen, el sentido teatral de David Bowie, y más contemporáneos como las etapas más recientes de Kylie Minogue y Gwen Stefani, además de otras piezas de moda, tecnología y lírica que sería interminable rastrear.

A pesar de su reconocida falta de originalidad, es la forma de recombinar el pop de los últimos 35 a 40 años (además de los frecuentes escándalos obligados de todo popero que sabe hasta dónde llegar) lo que ha puesto a Gaga en la mira del público y la crítica. Eventualmente ha sido todo el montaje metamusical lo que ha convertido a esta chica de 23 años en un espectáculo que parece irritar a medio mundo pero nadie se quiere perder, por más extravagante e impráctico que parezca su vestuario. Al final, de la manera más macluhaniana, el medio ha prevalecido sobre el lenguaje y la música se ha librado de nuestra necesidad de racionalizar todo. Al fin y al cabo, es pop.

En un año ya tenemos bastantes videos de Lady Gaga: desde el casi depre Paparazzi (en versión uncut, que tiene mucho más sentido), hasta su debut más movidito con Just dance. Y una mezcla de Gwen Stefani con Michael Jackson en Lovegame.